miércoles, 28 de octubre de 2015

OSO NEGRO

Descripción de la especie

Son animales mamíferos grandes, fuertes y robustos, su color es negro, aunque existen ejemplares con manto rojizo y grisáceo. Los machos pueden llegar a medir entre un metro y medio o dos metros y su peso puede rebasar, en algunos ejemplares, los 200 Kg, las hembras por el contrario son más pequeñas.
Cuenta con un hocico largo, orejas con terminación redondeada, ojos también redondos, el olfato y oído están muy desarrollados. Sus extremidades traseras son más largas, incluso pueden mantenerse de pie.

Costumbres o hábitat del oso negro

Vive en zonas con abundante vegetación, prefiere las zonas altas como las montañas. Buen trepador y nadador, facultad que le habilita para la captura de peces. En épocas frías merma considerablemente su actividad. Son animales solitarios, se les puede observar en grupos en época de reproducción.

Alimentación

Estos osos se alimentan principalmente de vegetales, también consumen pescado y pequeños mamíferos.

Reproducción

Son sexualmente adultos a partir de los dos años de edad, el periodo de gestación dura sobre unos siete meses, la media de oseznos es de uno a dos ejemplares, aunque según el área en se encuentren, pueden llegar a concebir más descendencia. Nacen sordos, ciegos y sin pelo, tras concluir con la lactación materna, siguen permaneciendo junto a su madre hasta el año y medio de edad.

Osos en peligro de extinción

El hecho de que la mayoría de los osos están en peligro de extinción o en estado vulnerable significa que la sociedad debe replantearse sus propias acciones. Los motivos por los que los osos están en la lista de animales en peligro de extinción son, entre otras cosas, el hecho de que su medio ambiente está siendo destruido y la caza ilegal. El endurecimiento de las leyes debe aplicarse en estas áreas donde viven los osos, de manera que el número de estos animales pueda aumentar, en lugar de bajar, como pasa en estos momentos.
Incluso cuando algunos países cuentan con leyes sólidas, esto no resulta suficiente si no se aplican adecuadamente. Se necesita gran cantidad de dinero y mano de obra para impedir que empresas con grandes cantidades de dinero tengan la posibilidad de comprar una propiedad y usarla con fines de lucro donde los osos la utilizan para prosperar.
En algunos países también resulta difícil conseguir el dinero suficiente para pagar la aplicación de la ley y dar seguimiento a todas las posibles pistas de cazas furtivas o ilegales. El riesgo de ser atrapado, con frecuencia, es mucho menor que los beneficios que puede traer la participación en esta. Es por esto que, tantas personas, especialmente en zonas pobres económicamente desarrollados, continúan tomando parte en ella.
Los números son evidentes. Según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), sólo dos de las ocho especies de osos existentes tienen una población estable o en aumento.
El oso negro es una especie emblemática en nuestro país. Su población se distribuye tanto en la Sierra Madre Occidental como en la Sierra Madre Oriental hasta su límite sur con la Sierra Gorda en Querétaro. La NOM-059-SEMARNAT-2010 lo enlista como una especie en peligro de extinción, excepto en la Sierra del Burro, Coahuila, donde está catalogada como sujeta a protección especial, la condición más baja de riesgo para poblaciones silvestres.

Por tal razón, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, informó que la población de oso negro distribuida en la Sierra del Burro representa un ejemplo excepcional de conservación, dadas las condiciones de su población respecto del resto de esta fauna distribuida en otras regiones del país.
La cacería furtiva y la fragmentación y degradación de su hábitat figuran entre las principales amenazas que afectaron negativamente a las poblaciones de oso negro. No obstante, en la Sierra del Burro ese proceso se pudo revertir gracias a la colaboración del Gobierno Federal y los ganaderos interesados en la conservación, ya que al establecer Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) se generó un proceso en el cual la actitud y decisión de los habitantes de esas tierras fue determinante para conservar esa zona, única por sus características fisiográficas.

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